En castellano se le ha llamado en plural, Virgen de las Mercedes, que
no corresponde con el sentido originario de la advocación. El
significado del título "Merced" es ante todo "misericordia". La Virgen
es misericordiosa y también lo deben ser sus hijos. Esto significa que
recurrimos a ella ante todo con el deseo de asemejarnos a Jesús
misericordioso.
El título mariano la Merced se remonta a la fundación de la Orden
religiosa de los mercedarios el 10 de agosto de 1218, en Barcelona,
España. En esa época muchos eran cautivos de los moros y en su
desesperación y abandono estaban en peligro de perder lo mas preciado:
la fe católica. Nuestra bendita Madre del Cielo, dándose a conocer como
La Merced, quiso manifestar su misericordia hacia ellos por medio de
dicha orden dedicada a atenderlos y liberarlos.
Desde el siglo XIII es patrona de Barcelona y el 25 de septiembre de
1687 se la proclamó oficialmente patrona de la ciudad. Es además patrona
de los cautivos (presos) y de muchos países de Latinoamérica.
La talla de la imagen de la Merced que se venera en la basílica de la
Merced de Barcelona es del siglo XIV, de estilo sedente, como las
románicas. En catalán "Mare de Deu de la Mercè", Madre de Dios de la
Merced.
En el año 1696, el papa Inocencio XII extendió la fiesta de la Virgen
de la Merced a toda la Iglesia, y fijó su fecha el 24 de septiembre.
Pero a raíz de la reforma litúrgica del concilio Vaticano II, en el año
1969 la fiesta se suprimió del calendario universal.
San Pedro Nolasco, inspirado por la Virgen, funda una orden dedicada a
la merced (obras de misericordia). Su misión particular era la
misericordia para con los cristianos cautivos en manos de los
musulmanes. Muchos miembros de la orden canjearon sus vidas por la de
presos y esclavos. San Pedro fue apoyado en tan extraordinaria empresa
por el Rey Jaime I de Aragón.
San Pedro Nolasco y sus frailes eran muy devotos de la Virgen María,
tomándola como patrona y guía. Su espiritualidad se fundamenta en Jesús
el liberador de la humanidad y en la Santísima Virgen, la Madre
liberadora e ideal de la persona libre. Los mercedarios querían ser
caballeros de la Virgen María al servicio de su obra redentora. Por eso
la honran como Madre de la Merced o Virgen Redentora.
En el capítulo general de 1272, tras la muerte del fundador, los
frailes oficialmente toman el nombre de Orden de Santa María de la
Merced, de la redención de los cautivos, pero son mas conocidos como
mercedarios. El padre Antonio Quexal, siendo general de la Merced en
1406, dice: "María es fundamento y cabeza de nuestra orden".
El padre Gaver, en el 1400, relata cómo la Virgen llama a san Pedro
Nolasco en el año 1218 y le revela su deseo de ser liberadora a través
de una orden dedicada a la liberación.
Nolasco pide a Dios ayuda y, como signo de la misericordia divina, le
responde la Virgen María diciéndole que funde una orden liberadora:
Nolasco: "¿Quién eres tú, que a mí, un indigno siervo, pides que
realice obra tan difícil, de tan gran caridad, que es grata Dios y
meritoria para mí?".
María: "Yo soy María, aquella en cuyo vientre asumió la carne el Hijo
de Dios, tomándola de mi sangre purísima, para reconciliación del
género humano"
Nolasco: "¡Oh Virgen María, madre de gracia, madre de misericordia! ¿Quién podrá creer (que tú me mandas)?"
María: "No dudes en nada, porque es voluntad de Dios que se funde una
orden de ese tipo en honor mío; será una orden cuyos hermanos y
profesos, a imitación de mi hijo Jesucristo, estarán puestos para ruina y
redención de muchos en Israel (es decir, entre los cristianos) y serán
signo de contradicción para muchos".
Actualidad del carisma
El carisma mercedario de liberar a los cautivos sigue siendo tan necesario como siempre.
El carisma mercedario de liberar a los cautivos sigue siendo tan necesario como siempre.
María ofreció todo su ser para que viva el Hijo de Dios encarnado. En
el cántico del Magnificat (Lucas 1, 46-55), María expresa la liberación
de Dios.
El Papa Juan Pablo II enseña que "María es la imagen más perfecta de
la libertad y de la liberación de la humanidad". La Virgen continúa
velando desde el cielo por sus hijos cautivos de Satanás (Cf. LG 62) y
nos pide nuestra cooperación. Nosotros debemos dar nuestra vida para que
su Hijo viva en nosotros y así pueda liberar a nuestros hermanos. Ella
nos enseñará cómo hacerlo.
Dios es Padre de Misericordia, María es Madre de Misericordia. Ella
refleja la misericordia de Dios, sufriéndolo todo por sus hijos. Los
cristianos debemos también reflejar la misericordia de Dios sufriéndolo
todo por amor.
"Mirad la hondura o cavidad del lago de donde habéis sido tomados,
esto es, la piadosísimas entrañas de la madre de Dios" (De las
constituciones de los mercedarios).
Un ejemplo del carisma mercedario en acción:
La Fundación de Mare de Déu de la Merce (Madre de Dios de la Merced),
por ejemplo, continúa las obras de misericordia que la Virgen pidió.
Estas incluyen visitas y acompañamiento y ayuda para los que salen de la
cárcel.
Los frailes mercedarios llevaron al continente americano su amor a la
Virgen de la Merced, que se propagó ampliamente. En República
Dominicana, Perú, Ecuador, Argentina y muchos otros países, la Virgen de
la Merced es muy conocida y amada.
Los seguidores de la Orden de la Merced estuvieron entre los primeros
misioneros de América, en la isla de La Española o República Dominicana
La iconografía usada para representar a la Virgen de la Merced queda
definida a partir del siglo XVI, consistiendo fundamentalmente en el
hábito mercedario: túnica, escapulario y capa, todo en color blanco, con
el escudo mercedario en el pecho. Otros elementos recurrentes son las
cadenas y el grillete, símbolos también del cautiverio. Normalmente,
además del escapulario del hábito, lleva otro pequeño en la mano que
ofrece a los fieles.
Suele aparecer tocada con corona de reina, y también con el cetro en
la mano derecha. En muchas ocasiones sostiene en la izquierda al Niño
Jesús, que también puede llevar un escapulario en las manos.
En ocasiones cobija bajo su capa a un grupo de presos cautivos, pero
también a santos, o personas de todas las clases sociales. Otro modelo
iconográfico es el de la Comendadora, sedente en el coro, sin niño ni
cetro, con las constituciones de la Orden en una mano.
Artículo originalmente publicado por evangeliodeldia.org
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