“La instrucción y la formación académica de las nuevas generaciones
es una exigencia primaria para la vida y el desarrollo de la sociedad.
He escuchado vuestras preguntas, las leí antes, he reflexionado y
escribí un discurso que entregaré al Rector para responder a las
preguntas directamente desde el corazón. Pero yo quisiera responder
espontáneamente, me gusta más así”.
Así inició el Papa Francisco su discurso a los
estudiantes, el cuerpo docente y el personal de la Universidad Roma3, la
más joven universidad de la capital italiana, a la que el Pontífice
visitó en la mañana de este viernes 17 de febrero. Se trata de la
primera visita del Santo Padre a una universidad estatal, que fuera ya
visitada por San Juan Pablo II en el 2002.
Frecuentada por casi 40 mil estudiantes, la Universidad Roma 3 es
también un activo centro de investigación activa a dimensión
internacional. Considerada una de las mejores universidades emergentes,
se posiciona entre las primeras 100 universidades con menos de 50 años.
«Repensar los modelos económicos, culturales y sociales, para recuperar el valor central de la persona humana»
(RV).- Con su profunda gratitud por haberlo invitado a visitar la
‘Universidad Roma Tre’, la más joven de la capital italiana, el Papa –
en el discurso que entregó – respondió a cuatro universitarios sobre
diversos temas que interpelan a la humanidad en el momento presente y
ofreció su testimonio personal, recordando su encuentro con Jesús,
cuando era joven.
El voluntariado y la solidaridad al servicio de los más necesitados;
la no violencia como estilo de vida y de política; la escandalosa
contradicción de lo que se derrocha en los armamentos en lugar de
erradicar el hambre en el mundo; las urgencias sociales y la pobreza,
sin olvidar a los emigrantes y la cultura del encuentro… son algunos de
los temas destacados por el Papa Francisco en su discurso escrito.
Ante un mundo que presenta tantos signos de enemistad y violencia,
respondiendo a la pregunta de la joven universitaria romana Giulia,
recordando su Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2017- La no
violencia: un estilo de política para la paz – el Papa recuerda que
«estamos viviendo una guerra mundial a pedazos: hay conflictos en muchas
regiones del planeta que amenazan el futuro de enteras generaciones».
Y lamenta, entre las escandalosas contradicciones, que, al tiempo que
se habla desde hace decenios de desarme, muchos países están aumentando
sus gastos en armamentos, «en un mundo que lucha aún contra el hambre y
las enfermedades».
Lejos de desalentarse ante esta dramática realidad, el Papa Francisco
alienta a los jóvenes a no perder la esperanza, poniendo en guardia
contra aquellos que engañan ofreciendo una felicidad momentánea y
aparente, pero que en realidad inducen a callejones sin salida, sin
futuro, a laberintos existenciales:
«Las bombas destruyen los cuerpos, las dependencias destruyen las
mentes, las almas, y también los cuerpos. Aquí les doy otro ejemplo
concreto de contradicción actual: la industria del juego de azar. Las
universidades pueden dar una válida contribución para prevenir y
contrastar la adicción al juego, que provoca daños graves a las personas
y a las familias, con elevados costes sociales».
Respondiendo al joven universitario Niccoló, sobre el servicio a los
últimos y la necesidad de impulsar ‘una patria común’, el Papa se
refiere a las «tantas urgencias sociales y tantas situaciones de
necesidad y de pobreza», que nos interpelan y alienta a impulsar las
«acciones constructivas» de ayuda y solidaridad, que se oponen a «la
cultura del hedonismo y del descarte, basada en los ídolos del dinero,
el placer y el aparentar».
Al responder al joven estudiante romano Riccardo Zucchetti, de 23
años, quien hizo referencia a las “informaciones que en un mundo
globalizado se transmiten de modo especial a través de las redes
sociales, el Papa Francisco afirmó que en este ámbito tan complejo es
necesario realizar un sano discernimiento basado en criterios éticos y
espirituales. “Es decir – afirma el Santo Padre – interrogarse acerca de
lo que es bueno, haciendo referencia a los valores propios de una
visión del hombre y del mundo, una visión de la persona en todas sus
dimensiones, sobre todo en la trascendente”.
Testimonio personal de la vida del Papa
El Papa ofrece en el discurso que había preparado un testimonio
personal de su vida. Escribe que “se profesa cristiano” y que “la
trascendencia a la que se abre y mira es Jesús”; porque está convencido
de que “su Evangelio es una fuerza de verdadera renovación personal y
social”. Tras poner de manifiesto que no desea proponer a los
estudiantes ilusiones o teorías filosóficas o ideológicas, ni tanto
menos hacer proselitismo, Francisco les habla de “una Persona” que salió
a su encuentro, cuando tenía más o menos la edad de estos jóvenes. Que
le abrió horizontes y que le cambió la vida. Una Persona definida
“compañero de camino”, que jamás decepciona ni traiciona. Sino que
siempre está con nosotros, “con respeto y discreción” a lo largo del
camino de nuestra vida.
El Obispo de Roma invita a estos jóvenes a “no tener miedo de abrirse
a los horizontes del espíritu”. Y les escribe que si reciben el don de
la fe, “no teman abrirse al encuentro con Cristo para profundizar su
relación con Él”. Porque “la fe jamás limita el ámbito de la razón”,
sino que la abre a una visión integral del hombre y de la realidad,
preservándola del peligro de reducir a la persona a “material humano”.
Naturalmente, el Pontífice escribe que con Jesús las dificultades no
desaparecen, sino que se afrontan de modo diverso, sin miedo, sin mentir
a sí mismos, ni a los demás; sino con la luz y la fuerza que proviene
de Él. De modo que es posible – como afirmaba el estudiante romano –
llegar a ser “agentes de la caridad intelectual”, a partir de la misma
Universidad, a fin de que sea un lugar de formación en la “sabiduría”,
es decir de “educación integral de la persona”.
Universidad como lugar donde se elabora la cultura del encuentro
Por otra parte, el Papa Bergoglio destaca que la Universidad también
puede ser un lugar en el que se elabora la cultura del encuentro y de la
acogida de personas de diversas tradiciones culturales y religiosas.
De hecho, en su respuesta a Nour Essa – de 31 años, nacida en
Damasco, Siria, quien llegó a Italia con el mismo Santo Padre procedente
de la isla de Lesbos – y quien hizo referencia al “miedo” que los
occidentales tienen con respecto a los extranjeros, en cuanto podrían
“amenazar la cultura cristiana de Europa”; Francisco afirma que la
cerrazón en sí mismos o en la propia cultura, jamás es el camino para
volver a dar esperanza y poner en práctica una renovación social y
cultural.
Porque como escribe el Pontífice, una cultura se consolida en la
apertura y en la confrontación con las demás culturas, siempre que tenga
una clara y madura conciencia de los propios principios y valores. De
ahí que el Papa Bergoglio haya animado a los profesores y a los
estudiantes a vivir la Universidad como ambiente de verdadero diálogo,
que no comprime las diversidades ni las exaspera, sino que se abre a la
confrontación constructiva. Porque como afirma Francisco “estamos
llamados a comprender y apreciar los valores del otro, superando las
tentaciones de la indiferencia y del temor”.
AgenciaSIC