El corazón de Jesús se conquista con los corazones que saben reconocer y llorar las propias debilidades

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«Para nosotros, los discípulos, es muy importante poner la humanidad en contacto con la carne del Señor, es decir, llevarle a Él, con confianza y total sinceridad, hasta el fondo, lo que somos. Jesús, como dijo a santa Faustina, se alegra de que hablemos de todo, no se cansa de nuestras vidas, que ya conoce; espera que la compartamos, incluso que le contemos cada día lo que nos ha pasado (cf. Diario, 6 septiembre 1937). Así se busca a Dios, con una oración que sea transparente y no se olvide de confiar y encomendar las miserias, las dificultades y las resistencias. El Corazón de Jesús se conquista con la apertura sincera, con los corazones que saben reconocer y llorar las propias debilidades, confiados en que precisamente allí actuará la divina misericordia.

¿Qué es lo que nos pide Jesús? Quiere corazones verdaderamente consagrados, que viven del perdón que han recibido de Él, para derramarlo con compasión sobre los hermanos. Jesús busca corazones abiertos y tiernos con los débiles, nunca duros; corazones dóciles y transparentes, que no disimulen ante los que tienen la misión en la Iglesia de orientar en el camino. El discípulo no duda en hacerse preguntas, tiene la valentía de sentir la duda y de llevarla al Señor, a los formadores y a los superiores, sin cálculos ni reticencias. El discípulo fiel lleva a cabo un discernimiento atento y constante, sabiendo que cada día hay que educar el corazón, a partir de los afectos, para huir de toda doblez en las actitudes y en la vida.

El apóstol Tomás, al final de su búsqueda apasionada, no sólo ha llegado a creer en la Resurrección, sino que ha encontrado en Jesús lo más importante de la vida, a su Señor; le dijo: “Señor mío y Dios mío” (v. 28). Nos hará bien rezar, hoy y cada día, estas palabras espléndidas, para decirle: “Eres mi único bien, la ruta de mi camino, el corazón de mi vida, mi todo”
». (SANTO PADRE FRANCISCO, De la Homilía en la Santa Misa con sacerdotes, religiosas, religiosos, consagrados y seminaristas polacos, Santuario de San Juan Pablo II – Cracovia, Jornada Mundial de la Juventud, 30 de julio de 2016)

Boletín de la Delegación para el clero
del Arzobispado de Santiago de Compostela -Agosto 2016-
Jubileo extraordinario de la Misericordia


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