El periódico norteamericano The New York Times ha abierto una seccion este verano, llamada Breaking Bread [Compartiendo pan], en la que pregunta a diversas celebridades con qué persona ya fallecida les gustaría compartir una cena. Como explica el diario, se trata de hacer un homenaje a las "vidas memorables" que han protagonizado los más de doscientos mil obituarios publicados en sus páginas desde 1851.
El pasado miércoles la encargada de responder era Dominique Dawes, de 39 años, gimnasta que fue medallista en tres Juegos Olímpicos: bronce con el equipo de Estados Unidos en Barcelona 1992, oro colectivo en Atlanta en 1996 y una medalla de bronce individual en suelo, y de nuevo bronce con el equipo en Sidney 2000. En los campeonatos mundiales fue tres veces plata y una vez bronce. Y en los campeonatos estadounidenses sumó 15 medallas de oro individuales, 2 de plata y 2 de bronce entre los años 1991 (con 15 años de edad) y 1996.

En 2012 Dominque conoció a un profesor de escuela católico y en 2013 se convirtió al catolicismo y contrajeron matrimonio. Tienen dos hijos.

La personalidad elegida por Dawes para una hipotética cena fue la Madre Angélica, fallecida el 27 de marzo de este año a los 92 años de edad, y fundadora de la mayor cadena de televisión católica del mundo, EWTN (Eternal Word Television Network), que actualmente publica, entre otros medios, el National Catholic Register y ACI Prensa.

Éste es el artículo de Dominique en homenaje a la Madre Angélica:

"Si pudiese elegir cenar con alguien ya fallecido, elegiría cenar con la Madre Angélica.

»La Madre angélica fue la religiosa que fundó la mayor cadena religiosa de televisión, Eternal Word Television Network, comenzando sólo con 200 U$S. Es la única mujer que ha fundado y dirigido una cadena de televisión durante más de veinte años.

»Invitaría a la Madre Angélica a mi hogar y la sentaría presidiendo nuestra mesa, junto con mi marido y mis dos niñas. Cocinaría soul food [cocina negra del sur de Estados Unidos], la comida con la que crecí, consistente en menudillos, acelgas, sémola con queso y dulce de batata. La Madre Angélica comprendería esta comida: se crió rodeada de negros e italianos pobres en un duro barrio de Canton (Ohio). ¡Ella conocía a la gente, comprendía sus problemas, era uno de ellos!

»Y conocía sobre todo la capacidad de resistir, educada por una madre sola desde muy temprana edad, tras ser abandonadas por su padre.

»Le pediría que bendijese la mesa y luego le preguntaría unas cuantas cosas sobre su vida y sobre la fortaleza. Una vez un sacerdote me dijo que es muy difícil tener una buena relación con tu Padre celestial cuando tu padre en la tierra te ha abandonado. A menudo me he preguntado: ¿cómo superó ella este abandono y aprendió a perdonar a su padre y en última instancia a confiar en Dios?

»Era monja de clausura en un convento y sin embargo fue vista por cientos de millones de personas en todo el mundo como presentadora de un programa en EWTN. ¿Cómo fue capaz de abrazar vocaciones tan opuestas? (Yo soy introvertida por naturaleza, y actuar ante millones de personas durante los Juegos Olímpicos me producía ansiedad, como ahora cuando hablo en algún acto ante miles de personas.)

»Después de cenar, me encantaría escuchar de la Madre Angélica cómo encauzó su propio dolor para un fin superior. Y le preguntaría cómo podría yo ayudar a los demás, ya sea que sufran de ansiedad, depresión, adicciones, enfermedades o el dolor del abandono o el divorcio. Al fin y al cabo, toda su vida estuvo dedicada a ayudar a los demás, especialmente a los descartados.

»Le preguntaría: Madre Angélica, ¿cómo podemos aquí en la tierra emular lo que usted hizo, aunque sea a pequeña escala, ofreciendo ayuda a los demás en un mundo que tan desesperadamente lo necesita?"
ReligiónenLibertad
Secciones:

    Web oficial de San Juan de Ávila

    Sobre San Juan de Ávila