por Manuel Blanco
ALIANZA
Un tópico estadounidense de los años 50 hablaba del peligro que suponía para los maridos quedarse a trabajaren el caluroso Manhatan, solos, mientras su esposa e hijos se iban de vacaciones. Los especialistas decían que a las parejas les acuciaba la “sarna de los 7 años”, una crisis matrimonial tras ese tiempo de casados.
Cualquier tentación ataca el núcleo de una excepcional historia de amor. El placer, el poder o el tener siempre han constituido un combustible rápido, pero de un poder calorífico poco duradero; matarían por asaltar y dominar nuestros corazones. Existe una Alianza. Un Gran Pacto. Dios ha prometido no abandonar a su pueblo.
Ante un alumno problemático de un centro privado, resultaba divertido escuchar la solución del docente: “hai que lleensinar a porta moitas veces; recordarlle que non o fomos buscar á súa casa”. Como para refrescarle una y otra vez su propio compromiso de regeneración. Lo fácil, la tentación, consiste en abandonar. Pero no soluciona.
“Paquiño, e ¿ti pos a disposición da túamuller todos eses cartos?” “Home, se non me fiara, xa non me casaba con ela”. Debe ser terrible en el corazón de todo un Dios, comprobar que los esfuerzos por amar a sus hijos no se ven correspondidos. Por suerte, la oferta no tiene vuelta atrás”. Comprenderlo un poco, encarrila una Cuaresma.
