El cardenal francés Jean-Louis Tauran siempre ha estado cerca de los pontífices. Ha sido colaborador durante muchos años de Juan Pablo II y de Benedicto XVI. Al Papa Wojtyla lo conoció cuando lo nombraron ministro de exteriores del Vaticano.
CARD. JEAN-LOUIS TAURAN
"Me acuerdo que con mucho humor me dijo: 'Dirán que es muy joven, ¿cuántos años tiene?'. Y le dije que 47 años. Y contestó: '¡Ah!, sí que es jóven pero es una enfermedad que pasa con pronto'”.
Pero más allá de las anécdotas, el cardenal Tauran dice que supo enseguida que quien le había llamado para trabajar con él era un santo.
CARD. JEAN-LOUIS TAURAN
"Lo que supe desde el primer momento es que era un santo. Se lo dije a mi secretario el primer mes. Me reunía con el Papa cada miércoles por la tarde y después de 4 veces le dije a mi secretario: 'Este hombre es un santo'. Vivía inmerso en Dios, nunca perdía el contacto con Dios”.
El Vaticano confirmó la presencia de Benedicto XVI en la canonización. El cardenal Tauran explica que la obra del Papa emérito está muy relacionada con la del Papa Juan XXIII.
CARD. JEAN-LOUIS TAURAN
"Juan XXIII abre las puertas de la Iglesia. Ya no es una Iglesia que condena sino que acoge. Benedicto XVI es un Papa que atrae a las multitudes que vienen a escuchar sus enseñanzas y diría que con el Papa Francisco la gente viene a tocarlo”.
Mañana serán proclamados santos entre una inmensa multitud de peregrinos. Juan Pablo II y Juan XXIII eran Papas a los que les gustaba estar con las personas pero, al mismo tiempo, el cardenal Tauran recuerda que ambos son maestros a la hora de mostrar la importancia de la oración y la vida interior.
