¿Qué ocurre y qué se está haciendo en la pastoral juvenil de nuestra Diócesis compostelana?
Un miércoles más, los sacerdotes y párrocos de nuestra Diócesis, dentro de la Formación Permanente, afrontaban el apasionante argumento de la nueva evangelización. En esta ocasión, se invitaba a Javier García Rodríguez, Delegado de Juventud e Infancia de nuestra Diócesis
La juventud es, quizás, la frontera pastoral más arriesgada que la Iglesia tiene en este momento, pues de todos es sabido y hasta es ya un tópico, que los jóvenes “pasan” de la Iglesia y de su propuesta. Por este motivo y, por el hecho de que la juventud siempre implica rebeldía, “romper moldes” e inconformismo, la pastoral juvenil es también el campo más innovador y “rompedor” en cuanto al diseño y el empleo de nuevos medios, métodos, lenguajes y expresiones pastorales.
Los sacerdotes asistentes al curso comenzaron constatando la difícil realidad que viven en relación al trabajo pastoral con los jóvenes, lo cual contrasta con su alta edad media y el poco tiempo que poseen para dedicarse a ellos, debido a la cantidad de ocupaciones pastorales que ya poseen. Resaltaban, por otro lado, como agravantes de esta situación, el desinterés e indiferencia que existe en este colectivo por completar la iniciación cristiana con la celebración del sacramento de la Confirmación; del mismo modo, la poca colaboración que, por parte de los padres; así como la sobreabundancia de actividades deportivas que se dan en la mañana del domingo.
Pero en esta radiografía experiencial de la pastoral juvenil que realizaban los párrocos, también se señalaron experiencias en marcha con los jóvenes y que invitaban a un optimismo, tales como la catequesis de Confirmación; la participación de los jóvenes en torno a actividades en el campo de la caridad y de la ayuda social; su implicación en los coros parroquiales; la preparación y asistencia a algunas celebraciones litúrgicas como las Pascuas, la Vigilia de la Inmaculada, etc. Finalmente, los sacerdotes apuntaron ciertas necesidades inmediatas en este campo de la juventud como la creación de un grupo o movimiento de jóvenes a nivel Diocesano, de modo que se evitase que los esfuerzos pastorales realizados permaneciesen a nivel de simples actividades o “fuegos de artificio”; por otro lado, la colaboración de los profesores de religión en este campo y, finalmente, la mayor implicación de los sacerdotes jóvenes que, por su afinidad generacional, están más disponibles para el trabajo con este colectivo.
Don Javier, por su parte y después de haber escuchado a todos los sacerdotes, nos hizo caer en la cuenta de que una de las facetas pastorales más desarrolladas de nuestro trabajo con los jóvenes es aquella relacionada con la catequesis. En este momento, insistía, tenemos muchos y diversos itinerarios y procesos formativos, así como materiales, y todos ellos son muy buenos, pero la realidad es que, como concluía, luego no tenemos jóvenes que transiten esos caminos. Por eso, en este momento, el más importante de los retos que se plantea a la Pastoral Juvenil es el de la convocatoria y, por tanto, el trabajo en la etapa misionera del proceso evangelizador. Precisamente, en esta línea misionera, se inspiran las actividades que conforman la programación pastoral de la Delegación de Juventud e Infancia de nuestra Diócesis. Detrás de cada una de ellas, como nos indicaba Javier, se encuentra un impulso misionero compuesto de dos momentos: el encuentro con el Señor a través de la oración y la adoración Eucarística, al servicio de lo cual están propuestas como la “Tienda del encuentro”; y, por otro lado, la salida a la misión y al anuncio a otros jóvenes, lo cual surge como consecuencia del momento anterior. Con esta última pretensión, decía Javier, se comenzará a realizar en nuestra diócesis una exitosa experiencia que cuenta ya con algunos años: “una luz en la noche”.
Entre las claves evangelizadoras que pueden ayudarnos a revitalizar nuestra pastoral con los jóvenes, el Delgado de Juventud e Infancia nos dejaba las siguientes: la acogida incondicional y la escucha respetuosa del joven antes de proponerle el mensaje cristiano; anunciar y explicar la fe desde la cotidianidad; proponer, no imponer ni hacer apología de la fe; la importancia de la dimensión experiencial para el joven; el protagonismo de los jóvenes creyentes en evangelizar a sus coetáneos y, finalmente, la necesidad de reducir el exceso de clericalismo presente en nuestra pastoral juvenil española.
Puedes consultar toda la programación en: www.depasxuventude.blogspot.com