Todos están de acuerdo en enviar un mensaje de saludo y de gratitud al Papa emérito: lo han decidido los cardenales reunidos esta mañana en el Aula nueva del Sínodo (situada encima del Aula Pablo VI del Vaticano) para la primera parte de las Congregaciones generales en preparación del conclave.

Los cardenales han aceptado la propuesta del decano del colegio cardenalicio, Angelo Sodano, que presidió el encuentro flanqueado en la mesa de la presidencia por el camarlengo, cadenal Tarcisio Bertone, y el secretario del colegio cardenalicio, monseñor Lorenzo Baldisseri.

A la convocatoria de esta mañana (en la que participan tanto los cardenales electores como los no electores) estaban presentes 142 cardenales, con 65 ausentes. De estos, 103 son electores: faltan por tanto aún 12 pues los cardenales de Jakarta (Indonesia) y Edimburgo (Escocia) ya han comunicado su renuncia a participar en el conclave. “Algunos –refirió el padre Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede durante el encuentro con los periodistas– llegarán para la congregación de la tarde, otros mañana”.

Se ha decidido que en la reunión de la tarde (de las 17 a las 19 horas) los cardenales escucharán una meditación pronunciada por el predicador de la Casa Pontificia, padre Raniero Cantalamessa.

Los miembros del Colegio se han sentado en el Aula según el orden de precedencia: en primer lugar, los cardenales pertenecientes al orden de los obispos; después, los pertenecientes al orden de los presbíteros, y finalmente los del orden de los diáconos. Gran parte de la mañana, explicó Lombardi, la emplearon “precisamente a familiarizarse con el aula y el lugar asignado a cada uno, que será el mismo en los próximos días, también para facilitar intervenciones y preguntas”.

Después de las oraciones “Veni Sancte Spiritus” y “Adsumus”, que se utilizan en las ocasiones solemnes como las grandes reuniones, sínodos y concilios, tomó la palabra el cardenal Sodano para un breve saludo a los recién llegados, en el que subrayó la “gran importancia del acontecimiento ante la Iglesia y el mundo”. Después tuvo lugar el juramento, según las modalidades previstas en el art. 12 de la Constitución apostólica Universi Dominici Gregis. La fórmula común fue leída por el Decano en latín. Después desfilaron todos los cardenales presentes, según el orden de precedencia, para jurar con la mano posada sobre las páginas del Evangelio abierto sobre la mesa de la presidencia.

Se procedió después al sorteo de los tres asistentes del camarlengo, quienes junto a él constituyen la Congregación particular para afrontar los temas de orden práctico, como la preparación de la Capilla Sixtina o de la Casa Santa Marta, donde residirán los cardenales para el conclave.

La Universi Dominici Gregis prescribe que se elija uno por cada orden: estos estarán en funciones durante tres días, y después se sortearán otros tres. Los primeros que han sido designados son los cardenales Giovanni Battista Re (orden de los obispos); Crescenzio Sepe (orden de los presbíteros) y Franc Rodé (orden de los diáconos).

En un clima de “gran cordialidad” según las palabras de Lombardi, se ha llevado a cabo una pausa para el café entre las 11.45 y las 12.30. Este ha sido el momento en que los cardenales presentes han podido saludarse y también conocerse, pues algunos de ellos no se conocen aún entre sí, teniendo en cuenta que han sido nombrados recientemente.

Este es uno de los motivos, entre otros, por los que, según subrayó Lombardi respondiendo a las preguntas de los periodistas, “algunos quieren utilizar el tiempo de las congregaciones para reflexionar y conocerse”, mientras que otros “tienen más prisa para proceder al conclave”.

Tras la pausa del café, en el aula hubo 13 intervenciones de los presentes, de las que obviamente no se ha dado a conocer el contenido en sus detalles, pero que se han referido “sobre todo a la cuestión del método de trabajo y a las cuestiones a afrontar, teniendo presentes también los resultados del último Sínodo de los obispos sobre la nueva evangelización”.

En todo caso, no hay peligro de que los cardenales no se entiendan entre sí, a pesar de que provienen de unos 50 países distintos: en el aula, de hecho, está asegurada la traducción simultánea en 5 idiomas: inglés, francés, italiano, español y alemán.
Publicado en: Aleteia

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