La solemne proclamación de San Juan de Ávila, sacerdote español, y de Santa Hildegarda de Bingen, religiosa alemana, como Doctores de la Iglesia Universal -pronunciada por Benedicto por XVI- precedió la solemne apertura de la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, con la celebración de la Santa Misa este domingo 7 de octubre de 2012.
 
Y la Iglesia Universal presente en todo el mundo se unió, por medio de la radio y la televisión, a los numerosos Padres Sinodales, Cardenales, Obispos y peregrinos que acudieron a la Plaza de San Pedro para vivir este día de fiesta, adornada con banderas de tantos países, entre las que sobresalían las de España y Alemania. El Papa Benedicto XVI enriquecía en este día a la Iglesia con estos dos nuevos santos Doctores, Juan de Ávila e Hildegarda de Bingen, que supieron ‘escuchar’ a Jesús -admirando la amorosa y profunda presencia del Hijo de Dios en la historia del mundo– y cuya actualidad resplandece de forma especial hoy, como modelos de testimonio de la alegría de la fe y de una infatigable y fecunda búsqueda de la verdad.
 
Ésta fue la solemne fórmula pronunciada por Benedicto XVI en latín:
«Acogiendo el deseo de muchos Hermanos en el Episcopado y de muchos fieles del mundo entero, después de haber recibido el parecer de la Congregación de las Causas de los Santos, después de haber reflexionando largo tiempo y habiendo alcanzado plena y segura convicción, con la plenitud de la autoridad apostólica declaramos a San Juan de Ávila, sacerdote diocesano, y a Santa Hildegarda de Bingen, monja profesa de la Orden de San Benito, Doctores de la Iglesia Universal.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo»
 
 

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