El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, presidirá este viernes una
vigilia de oración preparatoria de la II Jornada Mundial de los Pobres,
que se celebrará el domingo. La vigilia comenzará a las 6 de la tarde en
la parroquia compostelana de san Benito. En el acto intervendrá un
usuario de la cocina económica, institución de la Iglesia que ha
colaborado en la preparación de estos actos juntamente con Cáritas y la
congregación de los franciscanos.
La celebración girará en torno a tres verbos: gritar, responder y
liberar. Con ellos se resume el pasaje bíblico del ciego que gritó y fue
escuchado por Jesús, que acoge su pobreza y lo libera del mal que lo
aquejaba. Los objetivos de esta Jornada mundial son descubrir el valor
de los pobres, hacerles descubrir que su llamada de auxilio no cae en el
vacío porque hay quien los escucha, y, finalmente, tomar conciencia de
la actitud ante la pobreza y los pobres. De hecho la Iglesia quiere
poner en valor la dimensión estratégica que la lucha contra la pobreza
tiene en su misión evangelizadora. De acuerdo con la última Memoria de
actividades de la Conferencia Episcopal, casi 5 millones de personas en
situación de precariedad social fueron acompañadas y atendidas en alguno
de los 9110 centros sociales y asistenciales de la Iglesia en toda
España.
La Jornada Mundial de los Pobres surgió en noviembre de 2016
coincidiendo con el cierre del Año de la Misericordia y cuando el papa
Francisco celebraba en la Basílica de San Pedro el Jubileo dedicado a
las personas marginadas. Al finalizar su homilía, y de modo espontáneo,
el papa expresó su deseo de que “quisiera que hoy fuera la Jornada de
los pobres”. Desde entonces se celebra en toda la Iglesia universal el
último domingo del tiempo ordinario (el domingo XXXIII) previo a la
fiesta de Cristo Rey.
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