La decisión del Gobierno socio-comunista de Pedro Sánchez de seguir adelante con la tramitación de la ley de Educación
aprovechando el Estado de Alarma ha logrado poner en su contra a la
casi totalidad de la educación concertada, que se ha rebelado contra
esta medida.
Colegios, padres y profesores se han unido en la Plataforma Concertados
a la que se han adherido ahora otras organizaciones educativas
relevantes como CONCAPA, CEU San Pablo, Fundación Educatio Servanda,
Plataforma por las Libertades, Plataforma Yolibre.org, Plataforma Libres
para Educar a nuestros hijos y la Confederación Española de
Asociaciones de Antiguos Alumnos de la Enseñanza Católica (CEAAAEC).
“Este proceder demuestra la prisa con que el Gobierno, por medio de
la ministra de Educación, Isabel Celaá, y sus socios, quieren imponer
una Ley educativa que no nació del consenso. Es más, esta Ley tiene
indignada a la comunidad educativa por no contar con ella, elimina la
educación especial, limita al máximo la libertad de educación, la de
elección de los padres y la libertad religiosa-moral, al mismo
tiempo que suprime la “demanda social” que es la verdadera garantía de
libertad de las familias, presionando aún más a la red de iniciativa
social -centros sostenidos parcialmente con fondos públicos
“concertados”- que han sido vitales para vertebrar, estas últimas
décadas, la educación de nuestro país”, afirman estas organizaciones.
Siete puntos para dejar en evidencia esta urgencia
De este modo, en un comunicado muestran su malestar con el Gobierno en estos 7 puntos:
1.- Este modo de proceder por imposición es contrario a las
constantes llamadas al dialogo, consenso, equidad e igualdad a la que
tanto apela la Sra. Ministra en todas sus declaraciones, despreciando una vez más la libertad de las familias para poder elegir el tipo de educación que quieren para sus hijos según sus convicciones religiosas y morales, según se afirma en el Art. 27 de la Constitución Española.
2.- Se limita o elimina la posibilidad, a la iniciativa social, de creación de centros educativos de cualquier otro tipo de inspiración, religiosa o no.
3.- Hace saltar nuevamente por los aires el pacto “social y político por la educación”,
tan necesario en este momento en el que se quiere desarrollar una nueva
Ley Orgánica de Educación, sin tener en cuenta las aportaciones de las
organizaciones de la sociedad civil y de las familias, primeras
educadoras de sus hijos.
4.- Es necesario no olvidar que el Estado es subsidiario a la responsabilidad educativa de las familias.
Por ello, debe estar siempre a su servicio para trabajar
complementariamente en la educación y formación con ellas. La patria
potestad de nuestros hijos la tenemos las familias y es nuestra
responsabilidad vigilar y velar por su protección.
5.- La citada Orden Ministerial echa por tierra el esfuerzo y el
trabajo, no sólo de los alumnos sino de los propios docentes, al dejar
en manos de las Comunidades Autónomas las decisiones de las promociones o
titulaciones, sin adquirir las competencias necesarias, induce el
desamparo legal y la inseguridad jurídica de los docentes y de los
equipos directivos frente a los servicios de inspección educativa.
Además de vulnerar la ley educativa actualmente vigente LOE-LOMCE, crea
claras y sangrantes diferencias y discriminaciones dentro de la
población escolar, más cuando estamos en un estado de alarma y en una
situación muy excepcional.
6.- Es imperativo que las normas que se dicten sean claras y no contradictorias.
Las dictadas hasta ahora generan incertidumbre y malestar en toda la
comunidad educativa. Queremos que se cuente con todas las organizaciones
antes de tomar decisiones unilaterales que, como estamos viendo, son
cambiadas una y otra vez con el consiguiente perjuicio para la comunidad
educativa. El Ministerio debe de asumir sus competencias, generales e
iguales para todo el territorio y las Comunidades Autónomas las que su
propia normativa, por tener las competencias transferidas, les atribuye.
7.- Pedimos a nuestros políticos “altura de miras” para trabajar,
desde el consenso y el dialogo, por mejorar nuestro sistema educativo y
la formación que reciben nuestros menores y universitarios, desde el
consenso y el dialogo. El valor que determina el crecimiento y la prosperidad de una sociedad es su educación y su formación,
que siempre es una inversión de futuro. Algo falla cuando nuestros
mejores cerebros abandonan su país, con la pérdida de la inversión que
se ha hecho en ellos.
Recordamos al Gobierno y a la Sra. Ministra que, en un momento tan excepcional como el que vivimos, no son apropiadas estas decisiones,
que lo único que quieren es imponer sus propias medidas y las de sus
socios de gobierno, excluyendo a la gran parte de la sociedad que no
piensa de la misma forma. No es el momento para tratar de aprobar, de
manera tan irregular y rozando la inconstitucionalidad, una Ley Orgánica
de tanta importancia como la de Educación.
La política debería estar fuera de la tarea educativa. Hay que
trabajar por una educación gratuita y universal, estatal o de
iniciativa social, en equidad e igualdad y sobre todo de calidad,
respetando en todo momento la libertad de educación y la libre elección
de las familias.
Las medidas promovidas por el Gobierno actual ni buscan ni quieren el consenso. Lo único que pretenden es aprovechar la situación para seguir introduciendo ideología en las aulas
y apartando a las familias del hecho educativo de sus hijos. Es decir,
sin el mínimo pudor y respeto por el sufrimiento social originado por la
pandemia del COVID19, que además se ha cobrado decenas de miles de
muertos, nuestros gobernantes siguen buscando sus propios intereses
ideológicos.
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